Hay dos maneras de hacerlo:
Por un lado, en terapia grupal en la que asistirán representantes totalmente externos al problema; y, son ellos quienes nos mostrarán que está sucediendo en el alma de la familia y así poder guiar el conflicto hacia su solución. Si nunca has participado en una, podrías empezar siendo un representante y luego ir a trabajar directamente para ti. Es importante que sepas que ya solo por ser representante, estás trabajando cosas dentro de tu propio sistema al tomar consciencia de ciertos elementos.
Por otro lado, existe la posibilidad de hacerlo en terapia individual en la que la persona es quien nos dará la información necesaria para trabajar el tema en cuestión. Se utilizarán diferentes objetos y herramientas que se irán determinando en ese mismo momento para trabajar de la mejor manera posible, en busca de una solución.